El Manchester City logró una importante victoria en casa,
luego de vencer a un muy competitivo Mónaco en el Ettihad Stadium. Los de Guardiola
estuvieron con un pie fuera de esta Champions pero acabaron firmando una épica
remontada liderada por un letal Agüero. El argentino neutralizó el 'doblete' de
Falcao con otros dos tantos y propició un 5-3 que los 'skyblues' jamás olvidarán.
La ciudad de Manchester disfruto de un vibrante partido de
champions, una de esas noches mágicas de futbol europeo de las que últimamente no
están acostumbrados a ver.
Es más que probable que no vivamos otro partido igual de
emocionante como este en lo que nos queda de Champions. Un partido que pintaba
oscuro para el city, todo apuntaba a un Mónaco que estaba consiguiendo un
resultado fantástico, y lo más importante, es que lo hacía de visitante, pero
se terminó viendo a un City desatado, eufórico, de puro corazón y una fe
inquebrantable. Solo así se explica que los de Guardiola levantaran una
eliminatoria que tenían fuera de su alcance.
El equipo local demostró una vez más, algo que se ha venido
repitiendo a lo largo de la temporada, su defensa es un desastre! El City
sufrió como siempre en defensa. Al otro lado estaba el mejor ataque de Europa.
Bakayoko arrasaba allí por donde pasaba y Bernardo Silva marcaba los tiempos.
Mendy se incorporaba con una velocidad e insistencia admirables y Falcao y
Mbappé se turnaban para sacarle los colores a Stones y Otamendi. El sufrimiento
era evidente.
El City tuvo que aprender a convivir con la desesperación de
ver al rival constantemente probando a puerta, y dentro de este partido de ida
y vuelta, fue el primero en golpear en un combate cara a cara. Sané superó
líneas y encontró a Sterling, que anotó el primer tanto en posición dudosa.
Pero el Mónaco siguió a lo suyo, sin complejos, confiado en su potencial
ofensivo. Y la superioridad se hizo manifiesta en cuestión de minutos.
El otrora mejor delantero del mundo, Radamel Falcao,
culminaba una jugada originada en un error de Caballero con un cabezazo en
plancha a placer. Seis minutos habían tardado los de Jardim en responder. Ocho
más tarde, Mbappé se presentó a Europa. A sus 18 años, el joven punta francés
pasó por encima de los centímetros de Stones y la contundencia de Otamendi. Y
lo hizo recordando a los primeros pasos del mejor delantero que dio Francia en
décadas: Thierry Henry. Encontró la espalda del defensa argentino y definió
ante Caballero con un misil a la escuadra. El Etihad se derrumbaba ante una escudra monegasca muy descarada.
Ya no habría tiempo ni para respirar. El encuentro entró en
una fase de locura que terminó por construir un nuevo monumento al fútbol.
Falcao dejó vivo al City en un penalti que detuvo Caballero y ahí se inició el
resurgimiento 'citizen'. Ese balón desde los once metros fue el punto de
inflexión. Del 1-3 se pasó al empate con un disparo blando de Agüero que
Subasic dejó escapar de entre sus guantes. El partido y la eliminatoria habían
dado un giro que ni siquiera la maravilla de Falcao podría reconducir.
El delantero colombiano desnudó a Stones y se inventó una vaselina que
recordó a la mejor versión del 'tigre'. El gol pudo hundir al City pero los de
Guardiola se encontraban en un estado de histeria que terminó por darles el
partido. Y entre tanta oda al fútbol la remontada llegó a balón parado. Agüero
salió de su depresión con una preciosa volea a la salida de un córner para
lograr el empate y otro balón desde la esquina consumó la heroica reacción.
Stones se resarció de su pésima actuación empujando a la red
un centro peinado por Touré. Jardim trataba de contener a los ingleses moviendo
el banquillo pero su Mónaco se encontraba en estado de shock. Silva asistía con
un toque sutil a Agüero y el argentino cedía para que sané hiciese el quinto.
Del fracaso al triunfo en cuestión de minutos.
Caballero guardó el resultado con un pie
milagroso a un remate a quemarropa de Falcao, que acarició el 'hat-trick'. Pero
la noche no estaba reservada para un Monaco de nota, su impresionante
presentación en el Etihad no será lo que quede para el recuerdo. La noche era
para el City, que por fin saboreó la gloria que da una mágica noche de
Champions. En el Principado, aún así, queda otra batalla de capa y espada. Veremos como acaba todo.
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